La fotodepilación consiste en la aplicación sobre la piel de energía en forma de luz (fotones) que se transforma en energía calorífica al ser absorbida por la melanina del vello y por la hemoglobina (sangre). El calentamiento de la melanina del vello y de la hemoglobina de los vasos que alimentan folículo del pelo es lo que produce la depilación.
El éxito de la fotodepilación se consigue cuando la mayor parte de energía aplicada es absorbida por las sustancias que constituyen el vello y se evita que los tejidos le rodean se vean afectados. Es lo que se denomina fototermólisis selectiva. Aparte de la fotodepilación, otras áreas terapéuticas donde la fototermólisis selectiva resulta útil en medicina estética son el tratamiento de lesiones vasculares y lesiones pigmentadas.
Los estudios clínicos realizados muestran que la absorción de la energía en las sustancias de la piel depende de la longitud de onda de la fuente de luz emitida. Las fuentes de luz que son útiles en fotodepilación son:
- Láser de rubí (694 nm).
- Láser de alejandrita (755 nm).
- Láser de diodo (810 nm).
- Láser Nd:YAG modo normal (1064 nm).
- Láser Nd:YAG Q-switched (1064 nm).
- Luz pulsada intensa (IPL)